La Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico interviene para eliminar las filtraciones provocadas por el derrumbe de una gatera sobre uno de los faldones del tejado
La Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico interviene para eliminar las filtraciones provocadas por el derrumbe de una gatera sobre uno de los faldones del tejado
El Ayuntamiento de Lucena inicia esta semana los trabajos de conservación y mantenimiento de la cubierta del edificio de La Tercia a fin de reparar los diferentes daños aparecidos en los últimos meses en el tejado de este edificio, actualmente sin uso, original del siglo XVIII.
Con una cuantía de 7.915 euros, esta intervención de urgencia coordinada por la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico tiene por objeto eliminar las filtraciones derivadas de la apertura al descubierto de una gatera situada sobre uno de los faldones de la cubierta a dos aguas que presenta el inmueble histórico. Con el paso del tiempo, este pequeño elemento de ventilación ha cedido, lo que obliga ahora a recuperar la estanqueidad del tejado.
Las obras consistirán en desmontar la zona construida anexa a la gatera para volverla a cerrar instalando una ventana abatible, además se mejorará la impermeabilidad sustituyendo las tejas rotas, sellando y recolocando las sueltas y cerrando el hueco de chimenea existente. Además, se harán trabajos propios de mantenimiento en todo el tejado mediante la limpieza de canales y bajantes y el tratamiento biocida sobre la cubierta.
Desde Patrimonio Histórico-Artístico, la concejala Mamen Beato remarca que “se trata de una intervención estrictamente de conservación y mantenimiento de la cubierta del edificio y en ningún caso sustituye la necesidad futura de restauración integral del inmueble al objeto de poder ponerlo en funcionamiento, dado que el inmueble a fecha de hoy carece de uso definido”.
La Tercia del Duque de Medinaceli, edificio civil del siglo XVIII, fue concebido como almacén de granos. Ubicado junto al Paseo del Coso, se trata de una construcción protegida por el PGOU conservada hasta la actualidad inserta en el interior de una manzana de viviendas que la rodea completamente, de modo que sus fachadas recaen a espacios privativos, lo que dificulta cualquier uso que se le pueda dar al edificio.