Museo Nuestra Escuela

Lugar:  Casa de los Mora, calle San Pedro, 50

Telf.:  957 50 10 33 

Horario de visitas: De lunes a sábados, de 9:00 a 14:00 horas, y los martes, miércoles, jueves y viernes, de 19:00 a 22:00 horas.

 

 

Por iniciativa de la Asociación cultural “Amigos de la Escuela” y con el apoyo del Ayuntamiento de Lucena, se crea la Exposición Permanente “Nuestra Escuela”, ubicada en dos salas de la Casa de los Mora. Esta pretende mostrar al visitante algo de lo que fue la escuela a lo largo del siglo XX.  Este puede ser un lugar para el estudio,  un lugar para el recuerdo y la nostalgia, pues al rememorar la escuela pasada se evoca la niñez perdida; pero también, un lugar para despertar la curiosidad de los que ahora son niños. 

EL  AULA

1. La visita comienza por la recreación de un aula con todo el mobiliario tradicional: la pizarra, la mesa y sillón del maestro sobre la tarima, la percha y los armarios. En ellos se guardan los libros del maestro, una muestra de material pedagógico para la enseñanza de las Matemáticas, documentos oficiales de Enseñanza Primaria y Enseñanza Media, correspondientes a distintas etapas y planes de estudios. Cabe destacar el Diario de clase de un alumno, cuaderno en el que el alumno pasaba a limpio, lo mejor posible, la actividad desarrollada en clase, procurando alternar las distintas materias de estudio.

Ocupa la mayor parte del espacio una muestra heterogénea de pupitres de distintas épocas. Los primeros (construidos a partir de 1925) corresponden al modelo del Museo Pedagógico Nacional con dos asientos movibles e independientes, respaldo, tablero fijo e inclinado, estante para libros y tarima para los pies. La segunda fila está formada por pupitres individuales correspondientes a la siguiente década que aportan muy pocos cambios: se empiezan a fabricar sin tarima y algunos con tablero abatible; la parte superior del tablero es horizontal para facilitar la colocación del tintero y el palillero. A mediados de siglo se producen dos cambios que afectarán a los pupitres: la generalización del uso del bolígrafo hizo desaparecer el lugar reservado para plumas y tinteros, y con  la aparición de materiales plásticos, el tablero se revistió de formica. La última fila son  pupitres de las décadas sesenta y setenta con cambios importantes: el tablero de escritura se coloca de forma horizontal, los asientos son ahora sillas separadas y la estructura es metálica.

En las paredes colgaban láminas educativas, mapas y, por supuesto, la clase la presidía el Jefe de Estado del momento y el crucifijo, durante la mayor parte del siglo XX, dado el carácter confesional del estado  y de la enseñanza.

 

LA LECTURA Y LA ESCRITURA

2.  Los “manuscritos escolares” son libros que usan una caligrafía semejante a la escritura manual, en vez de utilizar la letra de imprenta. Se usaban para perfeccionamiento de la lectura y como muestras de los distintos modelos caligráficos. Los manuscritos escolares incluían lecturas instructivas y moralizantes, modelos de cartas y otros documentos útiles para la vida personal, social, mercantil, administrativa y religiosa. La vitrina de la lectura contiene una interesante selección de manuscritos escolares de la primera mitad del siglo XX, así como un conjunto escogido de cartillas con las que se aprendía a leer a mediados de siglo, paso previo a los libros de lectura. Todos los expuestos pertenecen a la primera mitad y mediados del pasado siglo.

3. La caligrafía tenía una gran importancia en la escuela de principios y mediados del siglo XX. Se aprendía a escribir imitando la letra del maestro, repitiendo en cuadernos especializados los diferentes modelos caligráficos o copiando de los manuscritos escolares los distintos tipos de caligrafía. El material específico para ello podemos contemplarlo en la vitrina de la escritura: modelos caligráficos, cuadernos de caligrafía, una curiosa muestra de secantes (para secar lo escrito o quitar “los borrones” de tinta) y una serie de útiles de escritura entre los que cabe destacar la pizarra individual con su correspondiente pizarrín y diferentes palilleros y plumas para escribir con tinta.

LOS LIBROS DE TEXTO Y LAS MATERIAS DE ESTUDIO

4. Lo que ahora llamaríamos libros de texto, a principios y mediados del siglo XX, eran “los libros de estudio”. Estos libros sirvieron para estudiar las diferentes materias (no todas coincidían con las actuales). Se estudiaba, por ejemplo, Teneduría, Aritmética Comercial, Formación Político Social, Higiene Escolar o Urbanidad (con libros diferenciados para niños y para niñas). No se estudiaba  Lengua, sino Gramática; en vez de Matemáticas, las asignaturas eran Cálculo, Aritmética y Geometría; y por supuesto, todavía no aparecen los idiomas. A mediados de siglo fueron paulatinamente sustituidos por las enciclopedias escolares.

5. La necesidad de tener ordenadas las materias y conocimientos que exigía el plan de estudios del período de los seis a los doce años,  propio de la Ley de Educación Primaria de 1945, hizo que surgieran multitud de enciclopedias escolares que reunían en un mismo libro las diferentes asignaturas. La mayoría de ellas venían escalonadas en tres grados: primero, segundo y tercero o preparatorio, elemental y medio. Esta ordenación por ciclos responde a las necesidades de una escuela unitaria. De todas ellas, sin duda alguna, fue la Enciclopedia  Álvarez la que gozó de una mayor difusión.

Además de las enciclopedias, en esta vitrina se exponen numerosos manuales dedicados a la Religión (Historia Sagrada, Catecismo,  Moral…). En la escuela del régimen franquista, sustentada ideológicamente por el nacionalcatolicismo, la Religión es asignatura de gran importancia en el horario escolar, lo cual  explica la gran variedad de textos existentes.

UNA EDUCACIÓN PARA HOMBRES Y OTRA PARA MUJERES

6. Las aulas y colegios mixtos donde se impartían las mismas enseñanzas para niños y niñas no llegaron hasta 1970 con la Ley General de Educación. La Ley de Educación Primaria de 1945 prescribía la separación de sexos “por razones de orden moral y de eficacia pedagógica” (las escuelas mixtas eran una posibilidad excepcional), y establecía como objetivo específico de la educación primaria femenina: “preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas”. Se trataba de convertir a las alumnas en futuras madres y amas de casa ejemplares. Los trabajos que se exponen en esta vitrina fueron realizados por niñas de ocho a doce años a mediados de siglo.

EL LABORATORIO

7. Hasta implantarse la Ley General de Educación,  el laboratorio tan sólo existía en algunos Centros de Enseñanza Media con muy poco uso por parte de los alumnos. La Ley del 70 trajo la generalización de los laboratorios, tanto en Primaria como en Secundaria. Los Centros P.U.A. (Plan de Urgencia para Andalucía), creados para desarrollar la Educación General Básica, se construyeron con tres laboratorios: de Física, de Química y de Ciencias Naturales, aunque por necesidades de espacio se perdieron algunos de ellos. Las clases prácticas en el laboratorio y el uso de materiales e instrumentos como microscopios, termómetros, lupas, lentes, tubos de ensayos, etc. suponían para el alumnado una gran alegría y motivación.

 

LOS  MEDIOS AUDIOVISUALES EN LA ENSEÑANZA

8. Desde la época clásica el maestro contaba con pocos materiales didácticos complementarios: mapas, globos terráqueos, algunas láminas educativas y poco más. Pero en la segunda mitad del siglo XX se incorporaron a la enseñanza los “medios audiovisuales” que supusieron una verdadera innovación tecnológica en la escuela. En estas dos vitrinas podemos observar algunos de ellos: El magnetófono (incluso con los mejores sonoramas); las transparencias, filminas, diakinas y diapositivas (en algunos casos combinados con sonido), que mostraban a los alumnos multitud de imágenes que completaban su enseñanza; el sonido de los tocadiscos, radiocasetes y CDs también mejoraron el aprendizaje (sobre todo en las clases de idiomas y de Música);  y por último, el uso de los video-proyectores, cámaras, cintas de vídeo y proyectores hicieron posible el uso de las películas educativas. 

 

LA INFORMÁTICAY LA IMPRESIÓN EN LA ESCUELA

9. Pero la innovación tecnológica de mayor calado y renovación pedagógica en la escuela será la Informática. Llegará en los años ochenta con los planes Alhambra I y II, voluntariamente solicitados por los centros educativos. Los ordenadores de este Plan (los M19 de Olivetti) carecían de memoria interna, por lo que era necesario cargar, cada vez que se usaba, el sistema operativo (MS DOS) con los archivos necesarios para su funcionamiento y a continuación cargar los discos con los respectivos programas educativos. El intento de generalizar el logo como método de programación en la E.G.B. no duró mucho tiempo. A partir de ese momento la evolución y el avance de la informática en la escuela y en la sociedad han sido imparables.

En esta vitrina hay un apartado también para la impresión, tan necesaria en el ámbito educativo. No se puede pensar hoy día lo difícil que era hace medio siglo hacer en clase una copia de un texto, un dibujo o un mapa. Se usó la imprentilla de gelatina o imprentilla Freinet, de complicada elaboración, el papel de calco (tanto a mano como en máquinas de escribir) y más adelante las multicopistas (previa confección del cliché correspondiente) hasta llegar a las fotocopiadoras actuales.

EL OCIO EN LOS ESCOLARES

10. El tiempo de recreo en la escuela era una continuación de la vida en la calle que disfrutaban los niños. Lo expuesto en esta vitrina  son publicaciones, juegos y juguetes de mediados del siglo XX: coleccionables de temas deportivos, religiosos, naturaleza, monumentos, etc. ; tebeos de niños (El Capitán Trueno, El Jabato, Diego Valor, El Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, El Gavilán…); tebeos de niñas (Sissi, Blanca…) y de risa (Pumby, TBO, Jaimito, Mortadelo y Filemón…); juegos: el trompo, tirachinas, canicas, diábolo, las tabas, pelotas, carro de cojinetes, etc.; y juguetes metálicos o de madera, el caballo de cartón, películas, dominó, la oca-parchís…