El Ayuntamiento de Lucena ha finalizado el procedimiento de adquisición de este poblado íbero-romano que data del siglo VIII a.C.
El alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, y la concejala de Patrimonio, Charo Valverde, han comparecido esta mañana para informar sobre la firma del documento administrativo para la adquisición de la finca donde se ubica el yacimiento arqueológico de Morana, un recurso que posee un alto valor patrimonial y que fue inscrito en el año 2000 como Bien de Interés Cultural (BIC) en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
La concejala de Patrimonio, Charo Valverde, ha recordado que “han sido unos 20 años de intentos y negociaciones por parte del Ayuntamiento que ahora culminan con la firma del documento administrativo de formalización del negocio jurídico patrimonial consistente en la adquisición onerosa del yacimiento arqueológico de Morana”.
Como se recoge en las cláusulas del contrato, para la compra de este inmueble, el Consistorio lucentino deberá abonar una cantidad económica total de 251.860 euros, repartiéndose en un primer pago este año de casi 103.000 euros y de 74.000 euros correspondiente a las dos próximas anualidades.
Una vez resuelto el procedimiento administrativo, el Ayuntamiento trabajará para la puesta en valor de este recurso ubicado a media distancia entre Lucena y Jauja sobre un cerro de escarpadas laderas y difícil acceso, en la orilla izquierda del río Anzur, y cuyos orígenes se remontan al Bronce Final Orientalizante, en torno al siglo VIII a. C.
El yacimiento presenta abundante material de épocas ibérica, romana y algunos y dispersos restos musulmanes. Entre los vestigios arquitectónicos más interesantes destaca una doble línea de muralla: La primera rodea la cima del monte, mientras que la segunda se localiza en la zona más accesible, la ladera sur. En este segundo recinto destaca una atalaya ibérica situada sobre una meseta de altura menor que avanza sobre el terreno circundante.
De época romana hay siete cisternas de “opus caementicium” y revestimiento de “opus signinum” localizadas en el sector sur del cerro, datándose probablemente del siglo I a.C. También destacan de este momento un almacén, que podía corresponder a una obra hidráulica, y otros restos funerarios, posiblemente una cámara hipogea de cronología no definitivamente determinada.